El lugar donde se paga por todo; desde la celda y el pabellón al que sería destinado el interno, puestos para la explotación de comercios, lavandería y hasta el servicio de privadas que deja un beneficio de G. 20 millones mensuales, son sólo algunos de los ingresos que obtienen los «dueños» del Penal.

Sólo con el cobro por uso de las habitaciones conocidas como privadas, destinadas paras los encuentros de parejas, la recaudación sería de alrededor de G. 20 millones mensuales, el costo va desde G.100.000 e incluso supera los G. 300.000 los fines de semanas, según indicaron desde el interior del penal, quienes se vieron molestos que pese a abonar el monto exigido, el pasado 13 y 14 de octubre realizaron una requisa en el área y se apropiaron de las pertenencias de los visitantes.

De acuerdo a nuestra fuente, debidamente identificada quien pidió resguardar su identidad por temor a represalias, señaló que el área de privadas es administrada por un interno de confianza de las autoridades quien debe rendir cuentas en forma periódica, para supuestamente ir hasta la corona.

A más de eso, los internos se ven obligados a abonar diferentes sumas de dinero para determinar en qué sector o pabellón iría recluido. Pese a las series de denuncias de que el establecimiento penitenciario se  ha convertido en un negocio de quienes es sienten dueños. Hasta la fecha, el director Quintín González se llama a silencio y evade las consultas de los medios.