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Una sesión que terminó sin cuórum y enfrascada en la discusión de si fueron legales o no los cambios en el Consejo de la Magistratura y el Jurado dejó ayer de lado el desbloqueo y financiamiento político.

Poco más de una hora duró la sesión ordinaria de la Cámara de Diputados que nuevamente se fracturó, debido a la rivalidad de los bloques y quedó sin cuórum sin siquiera tratar un punto del orden del día (del total de 22, entre los que estaban el proyecto de financiamiento político y el desbloqueo de listas sábana).

La discusión desde un inicio se centró en validar o no las actas de las sesiones que se dieron ocho días atrás, cuando los oficialistas y sus aliados dieron el golpe y cambiaron a sus representantes ante el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y el Consejo de la Magistratura.

Por un lado, y dentro de sus facultades, el presidente de la Cámara, Hugo Velázquez, puso a consideración el acta de la sesión ordinaria del pasado miércoles. Se abrió un largo debate, porque los oficialistas se opusieron a que se vote de esa manera, a lo que los aliados de Velázquez –quien estará al frente de Diputados hasta el 30 de junio tras el pacto cartista, llanista y luguista que ungió a Pedro Alliana como el próximo presidente– respondieron con pedidos de cordura.

«Acaso esa es la manera en que obrará la próxima gestión en la Cámara, atropellando todo a su paso», reclamó el vicepresidente de la Cámara, Amado Florentín.

En tanto que el diputado colorado cartista Bernardo Villalba pidió que se vote y se aprueben las actas de las tres sesiones extraordinarias en las cuales el pacto de oficialistas y aliados cambiaron el reglamento, eligieron nueva mesa directiva y cambiaron a sus representantes ante el Consejo y el Jurado.

El pedido de Villalba de vuelta encontró oposición de los liberales y la disidencia colorada. El diputado Éber Ovelar significó que la realización de las sesiones extraordinarias, donde se cambiaron a los representantes de la Cámara ante los organismos extrapoderes ni siquiera se comunicó a los miembros de la plenaria con 12 horas de anticipación.

Finalmente, Velázquez puso a consideración el acta de la sesión ordinaria con la intención de que de las extraordinarias se hagan cargo sus ex aliados cartistas. Ínterin, el diputado Mario Soto recriminó a Velázquez por qué no puso a consideración el pedido de su bloque, y Velázquez lo reprendió diciendo que «mientras yo esté en funciones no dejaré que se atropelle la Constitución (…) si eso quieren, vengan y atropellen ustedes», careó el legislador.

Un capítulo aparte fue el enfrentamiento verbal que casi llegó a los golpes entre el diputado liberal Eusebio Alvarenga y el diputado colorado Walter Harms.

Bochorno. El proyecto de desbloqueo de listas debía ser estudiado en particular y nuevamente se postergó para hoy, siendo un proyecto del que la ciudadanía está expectante.

Velázquez tirotea contra la Corte

El diputado Hugo Velázquez pidió ayer a la Corte Suprema de Justicia (CJS) que no debe dejarse llevar por la influencia del gobierno de Horacio Cartes e impartir justicia como corresponde. Sin embargo, dijo que el atropello es la marca distintiva del cartismo y que no hay duda de que están influyendo en la máxima instancia judicial, que dilata resolver una inconstitucionalidad promovida por el representante del Consejo de la Magistratura, Julio Javier Ríos, removido del cargo y reemplazado por el cartista Clemente Barrios. Velázquez dijo que corresponde que se falle, como en el caso del senador Óscar González Daher, quien había accionado y fue repuesto en el Jurado. «Constantemente atropellan. Incluso uno de los diputados planteó que había una medida cautelar y no es cierto. La Corte ya sacó una sentencia, tratando de inconstitucional a la decisión del Senado de cambiar a sus representantes ante el Jurado. No sé por qué la Corte está guardando la sentencia bajo cuatro llaves en este caso», dijo. Fuente: ÚH.