Una mujer de 72 años que padece cáncer y que vive en la indigencia en San Juan Nepomuceno “no califica” para recibir la pensión estatal de la tercera edad. Por otro lado, un empresario de la misma ciudad fue beneficiado gracias a su habilidad para engañar a los “censistas” y la “ayuda” de un concejal. Es un caso de muchos, afirman.

 La afectada por la injusta distribución de la pensión estatal de la tercera edad es Luciana Zárate Villán. Vive en la indigencia en una precaria vivienda de madera en el barrio San Luis de esta ciudad y denunció que no recibe la ayuda porque supuestamente “no califica” porque su “nivel de vida es alto”.

Pero, otras personas adineradas de la comunidad que tienen viviendas y vehículos confortables cobran el subsidio de G. 520.000 mensuales destinado a los pobres, se quejó.

La mujer manifestó que está al cuidado de su única nieta, Maricela Escobar, y que recurre constantemente a la ayuda de personas solidarias porque tiene que hacerse tratamiento contra el cáncer en Asunción.

Comentó que su vivienda no tiene las comodidades mínimas necesarias para vivir dignamente. La cocina es una pequeña construcción de madera y que muchas veces prepara los alimentos afuera. Igualmente, su habitación tiene piso de tierra, pero para el Estado ella no necesita el subsidio.

En contrapartida, en la lista de beneficiarios de la pensión de la tercera edad, figuran personas con buen pasar económico. Entre ellos se encuentra el empresario Roque Sachelaridi, quien cuenta con una confortable vivienda en pleno centro de la ciudad, un camión de gran porte que usa para transportar rollos de eucalipto y otros vehículos de las marcas Toyota y Mercedes Benz.

Además, Sachelaridi y su familia están asociados a un club social de esta localidad, donde para ingresar se paga una suma millonaria y una cuota mensual inaccesible para personas pobres.

La pensión para adultos mayores pobres o de la tercera edad es aplicada por la Dirección de Pensiones No Contributivas (DPNC) del Ministerio de Hacienda. Para la selección de los beneficiarios recurre a la ayuda de las municipalidades.

Según nuestras fuentes, Sachelaridi tuvo la ayuda del concejal municipal Hernán Vergara (FG). El edil “socialista” habría acompañado a los funcionarios de la Secretaría Técnica de Planificación a una casa de madera abandonada donde Sachelaridi se hizo pasar de pobre.

La vivienda abandonada linda con la propiedad de Sachelaridi.

Intentamos ayer hablar con el concejal Vergara para escuchar su versión sobre el supuesto apoyo que le brindó a Sachelaridi, pero su teléfono estaba apagado. Estamos abiertos en caso de que desee conversar con nosotros.

El caso de Sachelaridi es un ejemplo emblemático. La lista de los “ricos pobres” sería larga, según políticos de la zona.

Depurar planilla 

El presidente de la Junta Municipal de San Juan Nepomuceno, Tomás Centurión (Alianza), al ser consultado al respecto, dijo que urge el saneamiento de la lista de los beneficiarios. Los funcionarios de la Secretaria Técnica de Planificación se encargan de la evaluación del nivel de vida de los candidatos a acceder al beneficio, pero luego aparecen los “ricos” con nivel de vida bajo que no alcanzan ni el 30 % y los “pobres” con tasas de calidad de vida alta “o sea que, los pobres son ricos en los papeles”, expresó para tratar de explicar la situación indignante que se presenta en la comunidad.

“Seguramente porque estamos cerca del departamento de Guairá es que aquí las cosas son al revés; o sea tenemos los “ricos pobres” y “pobres que son ricos”, insistió. Subrayó que urge depurar la lista.

Se considera pobre

Roque Sachelaridi, cuando le preguntamos sobre el escandaloso caso en que está involucrado, respondió que está bien que él cobre porque se considera pobre. “Hasta estancieros cobran”, afirmó.

Cuando le indicamos que muchas personas que realmente tienen una vida menesterosa no accedieron a la pensión, dijo que “seguramente contó la realidad de los bienes que tienen”.

Se ufanó de haber mentido para acceder a la pensión al simular que vivía en la total indigencia en una casa abandonada, así como muchos hacen.

Fuente ABC color.