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La falta de artesanos cualificados y el debate sobre las modalidades de reconstrucción de la catedral Notre Dame son los principales desafíos para la obra titanesca, estima un arquitecto que participó en la restauración del castillo de Windsor.

“Encontrar suficientes artesanos capaces de trabajar la piedra, la madera, el plomo, el vidrio (…) es un desafío para el sector en toda en Europa”, declaró a AFP Francis Maude, director del estudio de arquitectura Donald Insall Associates, con sede en Londres. “Otros grandes proyectos enfrentan las mismas dificultades, como el Palacio de Westminster, en el que trabajamos en Londres”, señala.

Esta falta de mano de obra “podría ser elemento clave que determinará el ritmo y quizás algunas de las decisiones que se tomen en el proceso de restauración” de Notre Dame, agregó el arquitecto, cuyo estudio fue solicitado para trabajar en la restauración del castillo de Windsor (oeste de Londres).

La residencia favorita de Isabel II, un castillo medieval comenzado en el siglo XI, fue devastada por un incendio en 1992. La reconstrucción llevó dos años, con una factura de 36,5 millones de libras. Las piezas más bellas recuperaron su estado original, otras fueron modernizadas.

Para Maude, el tema del respeto de la arquitectura original de Notre Dame podría provocar “serias discusiones” para su reconstrucción. “Algunos pensarán que la única forma de restaurar Notre Dame es exactamente como antes”, sostiene.

Pero la restauración podría inspirarse de los trabajos de la post Primera Guerra Mundial en la catedral de Reims, cuyo techo fue restaurado con uno de acero resistente al fuego. El primer ministro francés, Edouard Philippe, anunció el miércoles el lanzamiento de un “concurso internacional de arquitectura para la reconstrucción de la aguja” de Notre Dame, destruida por las llamas.

“RENOVACIÓN”

La catedral Notre Dame cambió además con el tiempo, recordó Maude, citando los trabajos del arquitecto francés Eugène Viollet-Le-Duc en el siglo XIX. Algunas partes de la catedral parisina podrían modernizarse, para hacerla más segura. Pero habrá que esperar probablemente varios meses antes de que se termine la limpieza y que se evalúe los daños para determinar lo que se puede hacer.

“Hay una dificultad en particular que se me ocurre: el hecho de que la catedral esté construida en gran parte con piedras calcáreas”, continúa Maude. La piedra calcárea, expuesta a temperaturas de más de 800 ºC, “se descompone por reacción química (…) y es entonces difícil utilizarla de nuevo”.

“Imagino que habrá gran parte de la superficie histórica de la obra que estará perdida, pero habrá quizás piedras más adentro en las paredes que podrán ser reutilizadas”.

El interior relativamente vacío de la catedral podría jugar a favor. En Windsor hubo durante siglos diferentes cambios que se tradujeron por una compleja red de espacios vacíos detrás de los muros, señala Maude. El incendio será “quizás un símbolo de renovación” para Notre Dame, dice, evocando la posibilidad de que la restauración pueda traducir la expresión “de un temperamento artístico de nuestra época”. // ABC Color