La Dirección de Derechos Étnicos del Ministerio Público denunció al pastor de una iglesia evangélica por la comisión de hechos punibles contra los Pueblos – Genocidio y Crímenes de Guerra, tras la viralización de videos en donde se observa que sustrajo objetos de un anciano indígena, supuestamente porque son del demonio.

Dora Penayo, directora de la Dirección de Derechos Étnicos del Ministerio Público, denunció a Serafín Navarro, pastor de la Iglesia Pentecostal Príncipe de Paz, por haber sustraído objetos tradicionales de la vivienda de un anciano indígena en Caaguazú.

Penayo manifiesta que en un video que se hizo viral en las redes sociales se puede observar el ultraje a que fue sometido un anciano en una situación de vulnerabilidad. En las imágenes, se ve que el hombre observa en silencio, mientras Serafín Navarro va «confiscando» y rompiendo objetos rituales que pertenecen a la cultura y las tradiciones de los mbya guaraní.

El hecho se registró hace tres meses en la vivienda del anciano indígena Leguizamón Rivarola, de 97 años, conocido como Legui, de la comunidad indígena Ko’ẽ Poty del Departamento de Caaguazú, a quien explicó que los objetos son del «demonio».

El supuesto pastor tuvo que devolver al anciano sus pertenencias.

La directora explica que la acción del pastor puede encuadrarse en hechos punibles contra la propiedad, los cuales son castigados con una pena privativa de libertad de hasta tres años o multa para la persona que destruyera total o parcialmente un objeto de veneración de una sociedad religiosa reconocida por el Estado o una cosa destinada al ejercicio del culto.

Otro de los hechos punibles es contra la tolerancia religiosa, que señala el ultraje a la profesión de creencias. En este hecho será castigado con pena privativa de libertad de hasta tres años o multa a aquella persona que en forma idónea para perturbar la convivencia de las personas, públicamente, en una reunión ultrajara a otro por sus creencias.

También menciona el hecho punible «Contra los Pueblos, Genocidio y Crímenes de Guerra», en donde explica que el que con la intención de destruir total o parcialmente en una comunidad o un grupo nacional, étnico, religioso o social, imposibilitara el ejercicio de sus cultos o la práctica de sus costumbres, será castigado con pena privativa de libertad no menos de cinco años.

«Nadie tiene derecho a disponer de pertenencias de los indígenas y menos destruirlas, por lo que se debe dejar constancia de que se violaron los derechos de una persona indígena, en un ámbito comunitario, así como de todo un pueblo indígena», expresó Dora Penayo en la denuncia.

Por último, dijo que el pastor manifestó que entre los indígenas existen objetos de brujería e indicó que seguirá haciendo sus recorridos «para expulsión de demonios».

Versión del pastor

Serafín Navarro, quien dice ser pastor evangélico oriundo de Curuguaty, en comunicación con Monumental 1080 AM dijo que fue el abuelo quien decidió entregarle los objetos “que suele precisar para rituales de brujería”, porque se sentía atormentado.

Navarro indicó que fue hasta el lugar para orar por el anciano y «liberarle de espíritus malignos», luego de que le manifestara que se sentía muy mal. Antes, retiró de la vivienda las pertenencias del afectado.

Finalmente, el hombre devolvió al anciano todas sus pertenencias este jueves.